No captamos la realidad que está ahí fuera de nosotros, tal y como está ahí fuera; somos nosotros quienes construimos lo que llamamos “la realidad” y quienes la limitamos encerrandola en nuestros pensamientos.
El mundo y sus posibilidades, siempre es más que nuestros pensamientos y más que las leyes que hemos establecido como límites de la naturaleza.
No solo nosotros “creamos” nuestro mundo, nuestro amado entorno, sino que tambien nosotros “somos creados” y nos convertimos en el reflejo de nuestro propio mundo.
No somos ni reaccionamos de acuerdo a lo que está ahí fuera, sino a lo que creemos que está ahí fuera.
Nosotros limitamos o ensanchamos los contornos de la realidad, y la realidad creída nos condiciona y termina haciéndonos a su imagen y semejanza.
Hay otras dimensiones y otras posibilidades que nosotros desconocemos, y que nos desconciertan cuando no coinciden con las leyes del mundo que nosotros hemos establecido.